Leer es el hábito más importante

Cada disciplina tiene su propia materia prima. Por ejemplo, en el ajedrez es importante practicar el cálculo de variantes o estudiar finales; o en la música, aprender escalas y ritmo.

En el caso de la escritura narrativa, la lectura es una de las estrategias más importantes que debemos atender. De hecho, muchos creen que es imposible que quieras escribir un libro y que no te guste leer.

El problema es que… en realidad, hay varios problemas:

  • Nos cuesta leer con regularidad.
  • Nos cansamos demasiado rápido mientras leemos.
  • A mitad de la lectura empezamos a distraernos.
  • No tenemos el tiempo de calidad que nos gustaría.
  • Y un largo etcétera.

Por eso, a continuación te quiero compartir 3 estrategias para que puedas incorporar el hábito más importante de todos.

CUANTO MÁS SIMPLE, MEJOR

Una máxima de vida que se aplica a todo es que, mientras más simple sea algo, mayores serán las posibilidades de obtener grandes resultados.

Si nos ponemos demasiado ambiciosos a la hora de leer, vamos a ir por mal camino. Veamos algunos ejemplos:

  • Nos ponemos el absurdo objetivo de leer 100 libros en un año.
  • Empezamos a leer novelas largas y complejas, como Cien años de soledad o Rayuela.
  • Nos comparamos con otros lectores que ya tienen hábitos y práctica, entonces pasamos de no leer nada a querer leer un montón de golpe.
  • Recordamos aquella época en donde leíamos tanto y pensamos que va a ser fácil leer tanto como en aquel entonces.

Pero, pero, pero…

La clave está en la constancia. Por eso, si querés incorporar el hábito, cuanto más simple, mejor. Por eso te recomiendo que empieces con cosas muy fáciles, que podés leer en casi nada de tiempo, como poemas o microrrelatos.

LA RELECTURA ES MÁS FÁCIL

En tiempos de redes sociales, las distracciones son la moneda de intercambio.

Con una mano en el corazón, cada vez que hablás con alguien, ¿le prestás atención o te distraés mirando el celular? Si respondiste con la primera parte, no te creo.

Como nos cuesta tanto concentrarnos, te recomiendo que intentes releer aquellos libros que ya conocés y que te gustaron. Esto va a generar menos desgaste energético, porque vas a recordar varias cosas del libro (la mayoría no) y vas a notar que podés leer con cierta fluidez.

Esto te va a permitir enfocarte mejor y ser constante con el hábito.

Elegir por intuición significa que hay algo en la idea, una frase, un potencial conflicto, quizás alguna escena que nos pueda dar algo.

Probablemente no haya algo concreto de lo que nos podamos valer, algo totalmente objetivo que nos indique que esa idea es la que tenemos que elegir, pero hay algo en nuestro interior que nos indica el camino. Y así como nos puede funcionar para tomar decisiones en la vida cotidiana, también nos podría ayudar a elegir nuestras ideas.

LOS OBJETIVOS SIEMPRE AYUDAN

Otra constante de nuestra época —durante años creí que solo a mí me pasaba, pero con los años descubrí que es más común de lo que pensaba— es que dejamos las cosas a medias. Y así como estamos llenos de libros a medio leer, también estamos llenos de resoluciones de año nuevo sin cumplir.

Por eso te recomiendo que te propongas objetivos concretos para este año. Algunos tips:

  • Sé coherente. Proponete un objetivo alcanzable. Ya hablamos que 100 libros es una locura y que Cien años de soledad mejor para otro momento.
  • Sé sincero. No sos genéticamente mejor que el resto ni tenés un don natural… sino no estaríamos hablando de esto. Es importante que tengas cuidado con esa parte interna entusiasta que siempre tenemos en la cabeza y que se activa en enero, que nos dice: “Yo sí voy a poder”. Porque esa voz suele olvidarse de las interrupciones, del cansancio, de los problemas en el trabajo, etcétera.
  • Sé humilde, pero consistente. 10 libros es un buen número. Si vas en serio y confiás muchísimo en vos y ya tenés una cierta rutina, podés pensar en 20. Recordá que lo más importante no es la cantidad, sino la constancia.

CONCLUSIÓN

Recordá que el primer hábito que debe incorporar un escritor es el de la lectura, porque nos va a permitir ser más creativos, tener más recursos, ampliar el diccionario y mejorar nuestras propias historias.


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