El síndrome de la página en blanco

Si la palabra síndrome nos remite a un conjunto variado de síntomas, el que yo denomino síndrome de la página en blanco va a contar con varios que podrían estancarnos como escritores.

Veamos algunos de ellos:

  • Falta de ideas. Una frase recurrente que suelo escuchar es la siguiente: “No tengo ninguna idea para escribir”. En realidad, mis años de experiencia me demostraron que esto es totalmente falso. Todos, en mayor o menor medida, tenemos alguna que otra idea; el verdadero problema es que no nos gusta lo suficiente.
  • Las ideas que tengo no me convencen. Algo importante que me gustaría que recuerdes: las ideas son neutras. Esto significa que no existen las buenas ideas o las malas ideas. Solo existen pequeñas semillas, y nuestro trabajo consiste en plantarlas, regar la tierra y hacerlas crecer.
  • No sé cómo llevar mis ideas al papel. El desafío que tenemos por delante está en el de convertir nuestras ideas en una buena historia. Existen muchas formas, pero la más efectiva que conozco consiste en escribir escenas; esto es: poner a nuestros personajes en un lugar concreto, en un momento concreto.
  • En mi cabeza suena bien, pero en el papel no queda igual. Este es otro problema recurrente cuando estamos empezando. Acá existen dos claves: la primera consiste en conocer las herramientas clave de escritura —diálogos, descripciones, acciones narrativas, etcétera—; la segunda, practicar muchísimo.

Estos son los síntomas principales del síndrome. ¿Te identificás con alguno?

Obviamente, estos no son todos los problemas a los que nos vamos a enfrentar como escritores, pero yo considero que son los primeros que deberíamos atacar.

Ahora bien, es probable que te estés preguntando cómo hacerlo. A continuación, te quiero compartir algunos pasos útiles para escribir tus primeras historias. Te recomiendo que los veas como un checklist y que te fijes qué cosas ya hacés y cuáles te faltan. Ahí van:

  • Paso 1: buscá ideas y anotalas. Las ideas las podés encontrar en cualquier parte: en tu vida personal, en tu trabajo, en tu historia familiar, en las noticias.
  • Paso 2: desarrollá las ideas. Porque no se trata solo de tener ideas, sino de darles una forma que te permita convertirla en un cuento. Para ello una gran estrategia consiste en desarrollar uno o varios personajes alrededor de tu idea.
  • Paso 3: escribí un primer borrador. Intentá escribir lo que te salga, sin detenerte tanto en cada palabra ni en cada idea. También podés probar con escribir diálogos, porque esta es una herramienta que siempre funciona muy bien.
  • Paso 4: releé tu cuento y tratá de mejorarlo. La corrección es una parte fundamental de la escritura; pero cuando estamos empezando es doblemente desafiante. Por eso te recomiendo que lo hagas lo mejor que puedas, con la confianza puesta en que vas a hacerlo cada vez mejor con la práctica.
  • Paso 5: compartí tu historia con algún amigo lector. Esta parte es fundamental. Es importante que te rodees de personas que te puedan dar una devolución constructiva a tus historias, para que puedas ir mejorando poco a poco.

Estos son, a grandes rasgos, los principales problemas que suelen enfrentar los escritores principiantes de narrativa y algunas estrategias que pueden seguir para solucionarlos. No te desanimes. Hay mucho por hacer, mucho por aprender y mucho por escribir. Solo es cuestión de paciencia.


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